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Resumen del viaje de San Petersburgo a Moscú, del 17 al 24 de junio 2012.
Con una hora de retraso salimos en el Airbus 320 dirección San Petersburgo. Cuatro horas de viaje. Qué alegría al ver a los compañeros en el aeropuerto, esperaban a nuestro avión para regresar a Madrid.
Nos acomodamos en el Hotel Sokos situado en la isla de Vasilevski. Algunos se fueron al rio Neva para contemplar la iluminación y la elevación de los puentes, que por las noches se hace para que puedan pasar los barcos. Sobre la 1,45 de la noche y sin ver la elevación de los mismos nos fuimos al hotel acompañados de un buen aguacero (luego nos informaron que la apertura de los puentes no se hizo por estar las mareas muy altas).
En el recorrido panorámico de esta bonita ciudad, se empieza por las columnas Rostradas, seguimos recorriendo los palacios, jardines, canales, puentes e iglesias ortodoxas. Contemplamos el interior de la catedral de San Isaac, la de la Virgen de Kazán y la de la Resurrección de Cristo (el Salvador sobre la Sangre Derramada), hoy es un museo, en su interior destaca los mosaicos, las pinturas y el Cristo Pantocrátor de la cúpula central, su exterior con esa construcción de cúpulas de cebolla en forma de cinco pétalos con una diversidad de colores muy llamativos. La Fortaleza en donde se encuentra la catedral de Pedro y Pablo, con esas pinturas extraordinarias y algunas esculturas que no están permitidas en la iglesia ortodoxa (el poder de los zares se hizo notar). Muy cerca se encontraba el crucero” Aurora” en su fondeadero perpetuo, para llegar a la calle Nevski, la más comercial y turística, con comercios muy decorativos y caros.
El campo de Marte en donde se encuentra el monumento a las víctimas de la revolución rusa, y la primera llama eterna del país. El lugar recuerda cuando el pueblo fue a pedir pan al Zar, y este envió al ejército, murieron 4000 ciudadanos y 14.000 heridos.
El Palacio de Invierno de Catalina II, El Ermitage, que con cerca de 3 millones de obras de arte, es uno de los museos más grande del mundo, las escaleras de mármol, los techos, las puertas decoradas, los suelos de maderas nobles, las esculturas, las pinturas, las lámparas. etc.
Los desayunos fueron muy buenos y las comidas también, cambiando de restaurante todos los días. Uno de los almuerzos lo celebramos en el palacio del Gran Duque Nicolás, durante el mismo fue acompañado con música de una pianista, con pieza de Ludmila Lamash. En las cenas siempre nos ofrecían una copa de Vodka, que fue muy bien aceptada.
Otra visita importante fue al Palacio de Peterhof, residencia de Pedro I. La grandiosidad del palacio, con sus cúpulas doradas está acompañado de jardines y fuentes llenas de esculturas doradas. Desde los jardines pudimos contempla el mar Báltico.
En Moscú: La gran ciudad de cerca de 15 millones de habitantes, grandes avenidas, tráfico muy intenso, grandes atascos, que te hacen perder mucho tiempo. La Plaza Roja, la más visitada por los turistas con la catedral de San Basilio y sus cúpulas de un colorido intenso, las murallas del Kremlin. La ciudad limpia, llena de jardines muy bien cuidados, y una extensa red de metro, barato y rápido, pero al estar todos los nombres en cirílico los transbordos son más complicados.
La catedral de Moscú (de Cristo Salvador), grandiosa que está construida sobre una antigua piscina termal.
Realizamos un recorrido por las estaciones del metro más emblemáticas, con sus lámparas, decorados, esculturas y relieves. Rápidamente nos vamos al espectáculo Nacional de Ballet ruso. Hoy cenamos tarde.
El Museo Pushkin- El teatro Bolshoi- El jardín de Alejandro, con el cambio de guardia- los rascacielos- galería Tretiakov, para llegar al VDNJ, Exposición de adelantos económicos, allí se encuentra el museo de los cosmonautas.
La visita nocturna de la ciudad fue extraordinaria. El convento de Novodevichy con su lago, en donde Tchaikovsky se inspiro para su obra El lago de los cisnes. La plaza de la Victoria 1941-1945. El rascacielo de la universidad, el mirador para apreciar la noche de Moscú, lugar con mucha marcha nocturna. Para terminar en la Plaza Roja iluminada junto a los almacenes G.U.M. también iluminados.
El monasterio de Sergiev Posad, lugar de peregrinación, considerado el Vaticano Ruso.
Nos sorprende que dentro del El Kremlin haya varias catedrales: De la Dormición, Santuario del templo del Zar, del Arcángel, todas ellas con cúpulas doradas y decoradas en su interior con bellas pinturas, en especial los iconostasios. Hoy celebran el día de la Graduación, en donde los jóvenes militares graduados, desfilan por el interior del Kremlin. El resto de los jóvenes graduados también los celebran poniéndose sus mejores galas, la fiesta la terminan en la Plaza Roja que está cerrada para el turismo.
Los guías Alejandro y Julia Inozemtseva, nos fueron explicando cómo había evolucionado la vida en Rusia. De la primera etapa, de disciplina y control policial, en donde estaba mal visto que las personas acudieran al acto religioso. Las diversiones eran acudir al teatro, bibliotecas y reuniones de familiares en sus casas, estas eran muy pequeñas y tenían que compartir el baño. Con la democracia, los sueldos siguen siendo bajos, se puede ir al cines, al teatro, restaurantes, cafeterías, en las viviendas no hay que compartir el baño. En el aspecto religioso se han restaurados las iglesias y los fieles acuden en masa a sus oficios. Los seminarios están llenos. Nos hablan muy bien de Grigori Rasputín, que fue asesinado en 1916. Nos comentan que están muy preocupados sobre la forma de gobernar el Presidente Putin. Nuestra impresión es que Moscú es una ciudad muy grande, limpia con muchos jardines bien cuidados, grandes avenidas de muchos carriles a pesar de ello los atascos son kilométricos, con un tráfico muy intenso, con una conducción muy desastrosa y temeraria, El ciudadano es respetuoso dejándote el asiento en el metro. En Moscú aprendimos a viajar en el metro, con algunas complicaciones al hacer los transbordos, pero los ciudadanos se prestaban a ayudarte.
Tal vez teníamos una idea como era Rusia, después de nuestra visita a estas dos ciudades tendremos una impresión distinta, de este gran país.

Luis